Saturday, April 28, 2012

Argentina al ataque Guillermo García Machado


Argentina al ataque
Guillermo García Machado
La orden de la presidenta Cristina Fernández para tomar el control de YPF, la mas grande petrolera local, propiedad de la Ibérica Repsol-YPF, enfureció al gobierno de España y materializó los augurios sobre una radicalización de las políticas intervencionistas de  la mandataria peronista, incluyendo las expropiaciones al estilo de Chávez. Fernández, con su estilo combativo y turbulento, puso a la tercera mayor economía de América Latina en camino a un choque comercial y jurídico con España y la Unión Europea, el segundo mayor mercado de exportaciones del país sudamericano. Tras su relección en octubre con gran apoyo popular, Fernández enfrentó la aceleración de una masiva fuga de capitales, que en el 2011 llegó a US$22.000 millones, por lo que impuso excéntricas trabas a las importaciones y un control de cambios que altera nervios de firmas y ahorristas. "La situación con Repsol-YPF y el control de cambios y de las importaciones enfrentan a Argentina con el sistema mundial de poder. Se produce una marginación creciente del país. La decisión de expropiar a Repsol implica que se pasa del aislamiento frente al sistema internacional a una confrontación generalizada. Fernández tomó la decisión de poner bajo control del Estado a YPF -un plan que se descuenta será aprobada por el Congreso- bajo el apremio que provoca una declinante producción de hidrocarburos, que disparó las importaciones de combustibles y erosiona el superávit comercial del país. Buenos Aires depende de los dólares de su excedente comercial para financiarse, ya que no cuenta con acceso a los mercados voluntarios desde su cese de pagos en 2001/2002, y una fuerte inflación ha deteriorado la competitividad de la economía del país. Para el gobierno, la medida con YPF busca recuperar el perdido autoabastecimiento energético y el viceministro de Economía argentino, Axel Kicillof, expresó que resulta necesario "poner los recursos petroleros del país al servicio del crecimiento económico". Para el joven funcionario, la única misión de Repsol era "exprimir" los recursos hidrocarburíferos del país y repartir altos dividendos a sus accionistas, algo que el gobierno decidió cambiar de cuajo. Pero la decisión de expropiar el 51% de Repsol en YPF fue repudiada por España, que la consideró un acto hostil, por la Unión Europea, y también por México, accionista de Repsol-YPF a través de su petrolera estatal Pemex. El presidente Felipe Calderón dijo que la decisión es "lamentable", "poco responsable y poco racional". Mariano Rajoy, el presidente del gobierno español, dijo en el balneario mexicano de Puerto Vallarta que la expropiación decidida daña la reputación internacional de Argentina, y el gobierno británico indicó que la decisión va contra todos los compromisos del país sudamericano en el G20. Rodolfo Gil, quien fue embajador argentino ante la OEA por nueve años y actualmente es consultor en Buenos Aires lamentó lo que consideró una tendencia argentina a la desmesura. "Hicimos una guerra contra la OTAN, desaparecimos entre 10.000 y 30.000 personas, y tuvimos el mayor default de la historia. Esas son las cosas monstruosas del país. Argentina provoca un quiebre básico a la confianza que tenés (sic) que tener en el marco internacional. Somos un país que pierde peso específico", dijo Gil. El presidente de Repsol, Antonio Brufau, dijo que la compañía emprenderá todas las medidas legales que estén a su alcance y solicitará un arbitraje a través del Ciadi, tribunal del Banco Mundial para disputas de inversiones. Sin embargo, Argentina ya ha incumplido fallos relativos a disputas con inversores y por ahora resiste las represalias y los cortocircuitos que eso ha generado en la relación del país con países como Estados Unidos. 

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