Sunday, February 12, 2012

Barack Obama y América Latina

Guillermo García Machado

Los mortales que asumieron la relegación de América Latina, es decir, como patio trasero perpetuo,  con la elección de Barack Obama, pueden haberse equivocados de entrada. Como también estarían equivocadas aquellas que auguraron días mejores, solamente por el simple hecho de que con el nuevo presidente se acabaría la era del presidente Bush en la Casa Blanca, hechos y no palabras o discursos ligeros.

Todos los presidentes del hemisferio  han manifestado su intención de dialogar con el líder que hablo en su campaña en la necesidad de un cambio, sin excluir a Raúl Castro, de Cuba. Hasta la fecha aparecen en línea el presidente Piñera de Chile, y Cristina Fernández de Argentina. Otros gobernantes, como Santos de Colombia, y Funes de El Salvador, y el mismo Felipe Calderón, de México, todos ellos se han preocupado por el escaso interés que pareciera tener el presidente electo Obama en la globalización y sus eventuales políticas respecto al comercio exterior.

Ya encontramos, sin que Obama comenzara el ejercicio de sus funciones, como el canciller de Brasil, Celso Amorim, ya le haya acusado de no asumir funciones de líder que el mundo espera de él. Mientras, Paulo Sotero, director del proyecto Brasil de Woodrow Wilson Center, de Washington, afirma que por lo poco que Obama ha hablado de América Latina, probablemente no sea un proteccionista. “Yo no lo creo, declaró en una entrevista. “Yo creo que es un internacionalista, que se ha rodeado de gente que cree en la importancia del comercio para el dinamismo de la economía, pero que sí le resultará pesado trabajar en esos campos debido a que tiene el apoyo de los sindicatos, que casi siempre son proteccionistas”.

John Murphy, en su momento, como vicepresidente para asuntos internacionales de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, hizo notar que el proyecto de declaración de la Cumbre de las Américas que se hizo en Trinidad-Tobago en el reciente pasado, con asistencia de Obama, no contenía una sola referencia al comercio, el tema central de esos encuentros desde que empezaron en 1992. Yo creo que Obama tendrá oportunidad de pensar más a fondo acerca de la utilidad de la cumbre y de la mejor manera de relacionarse con los países de América Latina y el Caribe”, dijo a la AP. “Allí hay que tener en cuenta no el énfasis de Estados Unidos de incluir o excluir el tema del comercio sino el interés de los países de la región de relacionarse comercialmente con Estados Unidos”.

Debido a que la retórica anti-libre comercio tuvo un papel decisivo para el respaldo sindical en la campaña presidencial y el número de legisladores que se opone a nuevas aperturas comerciales ha aumentado en el Capitolio, hay todavía quienes están cautelosos sobre la suerte de los tratados regionales de libre comercio pendientes de aprobación legislativa: Colombia y Panamá. Empecemos a mover la mata.

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