Estado de Derecho
Guillermo García Machado
Un Estado de derecho es aquel que se
rige por un sistema de leyes e instituciones ordenado en torno de una constitución, la cual es el fundamento jurídico de las autoridades y
funcionarios, que se someten a las normas de esta. Cualquier medida o acción
debe estar sujeta o ser referida a una norma jurídica escrita. A diferencia de
lo que sucede ocasionalmente en muchas dictaduras personales, donde el deseo
del dictador es la
base de una gran medida de acciones sin que medie una norma jurídica. En un
estado de derecho las leyes organizan y fijan límites de derechos en que toda
acción está sujeta a una norma jurídica previamente aprobada y de conocimiento público (en ese
sentido no debe confundirse un estado de derecho con un estado democrático,
aunque ambas condiciones suelan darse simultáneamente). Esta acepción de estado
de derecho es la llamada "acepción débil" o "formal" del
estado de derecho. Este se crea cuando toda acción social y estatal encuentra
sustento en la norma; es así que el poder del Estado queda subordinado al orden
jurídico vigente por cumplir con el procedimiento para su creación y es eficaz
cuando se aplica en la realidad con base en el poder del Estado a través de sus
órganos de gobierno, creando así un ambiente de respeto absoluto del ser humano
y del orden público. El término 'Estado de derecho' tiene su origen en la
doctrina alemana del Rechtsstaat. El primero que lo utilizó como tal fue el libro La ciencia de política alemana en
conformidad con los principios de los Estados de derecho (del alemán Die
deutsche Polizeiwissenschaft nach den Grundsätzen des Rechtsstaates), sin embargo, la mayoría de los autores alemanes ubican
el origen del concepto en la obra de Immanuel Kant. En la tradición anglosajona, el término más equivalente
en términos conceptuales es el rule
of law. Un Estado de Derecho es aquel en el
que la ley es el instrumento preferente para guiar la conducta de los ciudadanos. La transparencia, predictibilidad y
generalidad están implícitas en él. Esto conlleva a que se facilite las
interacciones humanas, permite la prevención y solución efectiva, eficiente y
pacífica de los conflictos; y nos ayuda al desarrollo sostenible y a la paz social. Para un Estado de Derecho
efectivo es necesario. El
vínculo a la observación de las leyes sería inútil e ineficaz si no se pudiera
garantizar que las leyes que ellos mismos son los garantes de los derechos
fundamentales. Por lo tanto, los elementos formales del Estado de Derecho se
han desarrollado y ampliado por parte de elementos materiales del Estado, en
particular mediante la adopción de normas que protegen los derechos
fundamentales. El surgimiento del Estado de
Derecho coincide con el final del absolutismo e implica la imposición de la burguesía entre el siglo XVIII y siglo XIX, que a partir del
poder económico alcanzado impusieron reclamos políticos y determinaron una
transformación radical en la sociedad y el concepto de Estado. En teoría, la
proclamación del Estado de Derecho surge como oposición explícita al Estado absolutista. En esta última forma de Estado, los titulares del poder
eran «absolutos», o sea que se liberaban de cualquier poder superior a ellos.
Actualmente, de hecho, en gran parte de los Estados del mundo los derechos
civiles y políticos están garantizados a todos los individuos sin distinción,
gracias a la evolución histórica y política que, a partir del Estado
absolutista, ha aportado al surgimiento de lo que se conoce como Estado de Derecho.
Podemos reconocer un ejemplo precursor del Estado de Derecho en la constitución
inglesa del siglo XVII. La Revolución Gloriosa, combatida contra el absolutismo de la dinastía Stuart conduce a una serie de documentos (el Bill of Rights, elhábeas corpus, el Acta de
Establecimiento), que demuestra la
inviolabilidad de los derechos fundamentales de los ciudadanos y de la
subordinación del rey al parlamento (que es representante del pueblo). La proclamación
consciente y presente del Estado de Derecho se logra a través de las dos
grandes revoluciones del siglo XVIII: la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y la Revolución francesa.